La Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios (CLAVE) forma parte de la Comisión organizadora del Centenario del nacimiento de Rafael Azuar (Elche, 1921 – Alicante, 2002), constituida recientemente. En ella se han integrado el presidente de nuestro colectivo Juan Luis Bedins, en representación de la entidad, y José Vicente Peiró como presidente de los Premios de la Crítica Valenciana. Entre los veinte miembros que componen la Comisión también están a título individual cuatro socios alicantinos de CLAVE, puesto que José Ferrándiz Lozano es el comisario del centenario y como vocales participan Manuel Valero, Eduardo Boix y Fernando Parra.
En el equipo organizador, copresidido por Pilar y Rafael Azuar Carmen, hijos del autor, están además los presidentes y directores de las otras entidades participantes: el Centro de Estudios Locales del Vinalopó, la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante, la Asociación Valenciana de Sociología, la Fundación Miguel Hernández de Orihuela, la Cátedra Pedro Ibarra y la Asociación Frutos del Tiempo, estas dos últimas de Elche. Como institución figura el ayuntamiento de Salinas, al ser este pueblo de la comarca del Alto Vinalopó el que inspiró la novela corta Modorra con la que Azuar obtuvo el Premio Café Gijón en 1967.
Novelista, poeta, ensayista, articulista, crítico literario y autor de libros escolares – fue maestro de profesión –, Azuar destacó con sus novelas de los años cincuenta y sesenta, siendo finalista del concurso La Novela del Sábado en 1954 con Teresa Ferrer, editada en esa misma colección, y del Premio Planeta en 1958 con Los zarzales, obra retirada a última hora que se editó un año después en Valencia por Aitana. Estas novelas, junto a otras dos de los años sesenta –Llanuras del Júcar (1965) en Editora Nacional y Modorra, elogiada por Josep Pla como obra “de gran categoría y de mucha profundidad, con una gran cantidad de problemas literarios resueltos”–, configuraron su ciclo narrativo de realismo social por reflejar la compleja vida rural en sus personajes y escenarios, ya que en una quinta titulada Crónicas del tiempo de la monda, accésit al Premio Gabriel Sijé en 1978, cambió su centro de interés a la ciudad.
Azuar alternó la narrativa con otros géneros como la poesía y llegó a seleccionar un repertorio de poemas en una Primera antología (1981), que no tuvo continuidad con ninguna otra posterior a pesar de que siguió publicando libros de versos. En sus ensayos y artículos de prensa prefirió los temas literarios. De gran interés es su libro Teoría del personaje literario y otros estudios sobre la novela (1987) y las dos colecciones de artículos que recuperó en Viñetas (1989) y La aventura literaria (1995), en cuyas páginas recogió columnas publicadas en los diarios La verdad e Información.