Autora del texto: Cecilia Fernández
Fue candidata a Mujer migrante 2019 por la Asociación Rumiñahui de Madrid
Convertida en la fuerza e inspiración de la escritura con sello latinoamericano, la escritora Elga Reátegui ha logrado sembrar la semilla cultural en Valencia, España, donde no solo difunde la literatura, sino que además es una figura importante en las artes europeas.
Cuando niña, Elga, sin saberlo, ya tenía inoculado el ADN literario que se evidenciaba a modo de juego a sus escasos 8 o 9 años: la creación de historias en formato de cuentos llenaba sus días en la casa familiar.
Un hogar en donde la solidaridad era el día a día, ya que su padre miembro de la Policía Nacional acogía a cuanto joven quisiera ser policía y los instruía para convertirse en aspirantes.
Ese bullicio cotidiano hizo que la pequeña Elga abrazara sus historias que la abstraían del trajinar. “No había privacidad. Eso me afectaba. El hecho de no estar sola y tener mi espacio. Mis hermanos se burlaban y se prestaban mis apuntes que eran una suerte de diario. Me di cuenta después que tenía algún sentido literario”, recuerda.
En medio de esa vorágine familiar, descubre en la figura de una prima muy querida la veta literaria que ya asomaba. “Ella solía siempre tener libros en su bolso. Así comienzo una serie de lecturas”, rememora risueña, develándose en sus recuerdos las funciones de teatro familiares, las composiciones y todo aquello que la acercaba a la literatura…
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